LA CLASE DE ROCIO

LA CLASE DE ROCIO
“El niño tiene cien lenguajes, cien manos, cien pensamientos, cien formas de pensar, de jugar y de hablar, cien siempre cien formas de escuchar, sorprender, amar, cien alegrías para cantar y entender" (Loris Malaguzzi)

sábado, 4 de julio de 2015

ADIÓS CHUPETE

Como os dije en la entrada de Facebook (la clase de Rocío), EDUCAPEQUES se puso en contacto conmigo para escribir algún artículo para ellos. Tienen muchos seguidores y, como mi objetivo es orientar a quien lo necesite, les envié mi artículo. Me recomendaron dejar unos días entre la publicación en su página y en mi blog y por eso es que es hoy cuando lo puedo compartir con vosotros. ESPERO QUE OS GUSTE

El chupete es, en los primeros años del niño, su gran amigo. Favorece la musculatura orofacial, la formación del paladar y alivia tensiones. Si bien, a partir del año, la succión no es tan básica ya que la exploración de todo lo que le rodea hace que la boca tenga que estar liberada para que conozca y aprenda las características de lo que tanta atención le llama, además de empezar a “estorbar” para esas primeras palabras que tanto nos emocionan <papá> y <mamá>

A partir de los 2 años es aconsejable ir retirándoselo. Aunque nos cueste reconocerlo, nuestro bebé crece y el chupete empieza a no ser nuestro aliado: 
- Ya que aumenta el babeo.
 - Dificulta un buen desarrollo del lenguaje.
 - El chupete se convierte en un “tapón” en su boca que hace que no se le entienda y que tenga un lenguaje mucho más infantil. 
- Puede afectar a la boca pudiendo derivar (en casos muy llamativos en los que se les deja el chupete más mayores) en una mordida abierta por el hábito lingual del chupete o en degluciones atípicas (es decir, que al tragar, no coloque la bien la lengua y que haga una presión sobre los dientes lo que deforma el paladar); aunque lo más frecuente es que, por el lado de la boca por el que succionan, se tuerzan los dientes. 

El duelo por el chupete o por el pañal suele ser más traumático para nosotros que para ellos. Nos duele oírles llorar pero, si no se lo transmitimos como algo traumático sino de forma natural es mucho más llevadero. Aunque suele exigir dosis extra de paciencia, el decir adiós debe ser poco a poco pero decisivo: sólo para dormir o cuando está malito. Para ello, podemos recurrir a algún truco como: 

• “Olvidarlo” un día en casa. Cuando le recojamos de la Escuela Infantil, no darle inmediatamente el chupete. Hablar sobre lo que la tutora nos ha dicho que han hecho durante el día para que no se olvide el chupete y, cuando consideremos oportuno, se lo damos aumentando poco a poco el tiempo sin chupete 

• “El ratón <muerde-chupetes>”. Una estrategia que suele resultar determinante es cortarle la tetina al chupete (lo que le impide la succión) y contarle el cuento del ratón <>.

 • “Ya soy mayor”. Decirle que ya es mayor y que vamos a guardar las cosas de pequeño. Además, podemos acompañarlo de elogios y refuerzos como un sello de tinta de << Genial>> (venden 6 tapones en el Dideco por 5 euros) 

Poco a poco, dosis eternas de paciencia y cariño hará que lo difícil sea fácil. Ánimo papás y mamás.

1 comentario:

  1. Hola, dejo por aquí una alternativa por si os interesa. Es un cuento en el que se dice adiós al chupete a través de valores como la empatía, la superación al apego, etc. Una forma pedagógica y menos traumática… http://loscuentosdepanapa.blogspot.com.es/2015/01/el-hada-de-los-chupes.html ¡Suerte!

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