LA CLASE DE ROCIO

LA CLASE DE ROCIO
“El niño tiene cien lenguajes, cien manos, cien pensamientos, cien formas de pensar, de jugar y de hablar, cien siempre cien formas de escuchar, sorprender, amar, cien alegrías para cantar y entender" (Loris Malaguzzi)

domingo, 19 de julio de 2015

LA CREATIVIDAD EN LA ETAPA INFANTIL

     La creatividad es un "flash" de luz que te hace ver las distintas posibilidades de un problema, situación o cosa. Un acto, tal y como señala Bruner, que produce "sorpresas al sujeto, en el sentido que no lo reconoce como producción anterior". Mientras, Torrance señala que la creatividad "vuelve a alguien sensible a los problemas, deficiencias, grietas o lagunas en los conocimientos y lo lleva a identificar dificultades, buscar soluciones, hacer especulaciones o formular hipótesis, aprobar y comprobar estas hipótesis, a modificarla si es necesario además de comunicar los resultados". La creatividad hace a la persona sensible, fluida, original, flexible, con capacidad de redefinición, abstracción, síntesis y con coherencia de organización.

     Hasta ahí, la creatividad en el sentido más teórico. Ahora bien, ¿cómo ayuda la creatividad a los niños?

Sin duda, la creatividad compartida es felicidad igualmente compartida porque, qué le gusta más a un niño que sentirse escuchado y respetado, ver las distintas posibilidades que ofrece algo y jugar con ello. Cómo vamos a querer que un niño nos escuche, nos respete, tenga un pensamiento flexible y resuelva problemas sino lo hacemos nosotros y no le ayudamos cuando aún no sabe. En parte, la creatividad ayuda como en el cuento de "Alicia en el país de las maravillas" donde la protagonista vive situaciones increíbles a las que busca soluciones creativas. Enseñémosles a desarrollar un pensamiento crítico y a buscar soluciones. ¿Cómo?

La experimentación y el juego son las vías para hacer unos niños más creativos. Todos los aprendizajes de la vida infantil se hacen mediante el juego y jugar es para un niño la posibilidad de recortar un trocito de mundo y manipularlo. Es su mundo y los adultos, que hemos perdido esa magia de la creatividad, debemos respetarlo.

     - No juzgues ni dirijas sus juegos libres. No coartes su pensamiento libre.
     - Siéntate con él/ella, saca al niño/a que hay en ti y sírvele de modelo, hazle sentir querido, importante, seguro de si mismo y de ti.
     - Enséñale a pensar ideas originales distintas a las convencionales tanto para un problema, situación de la vida cotidiana, cuento (que invente un principio, desarrollo o final distinto; que cambie el título) o objeto (darle un uso distinto). En edades muy tempranas, podemos guiarles para que poco a poco, su cerebro con ganas de saber dirija la orquesta de su saber individual.
      - Concédele tiempo de calidad (olvídate de todo por unos instantes por ellos), responde a sus preguntas curiosas aunque estés cansado/a de tantos ¿por qués?
     - Proponle juegos y manualidades (algunos ejemplos podéis encontrarlos en mi página de facebook: la clase de Rocío). La televisión, el móvil o la tablet hacen que “no molesten " pero no les ayuda como lo tradicional. No son cosas de niños y absorven a los adultos.

Pero, sobre todo, ten presente que LOS NIÑOS DEBEN MANCHAR, SALTAR, CORRER, GRITAR, CAER.No olvides que tienes un hijo, no un <mini-adulto> y que su cerebro, para bien y/o para mal, es una esponja que todo lo absorbe.



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