Parece que fue ayer cuando supimos que crecías dentro de mí. Las náuseas, los malos días, merecían la pena porque sentía como te movías y eso era algo maravilloso. Los meses pasaban y la barriga hacia más evidente que el momento de tenerte con nosotros se acercaba. Cuando naciste dejamos de ser para convertirnos en lo más grande “papá" y “mamá". Eras tan pequeño... No podía creer que ese ser que sentía dentro de mí instantes antes clavara sus ojos de una forma que nadie me había mirado jamás. Cuando llegamos a casa te presentamos cada una de sus instancias para que te sintieras bien.
Nos encantaba tenerte con nosotros en la cama, que buscaras mi pecho para alimentarte y a papá para reír. Poco a poco ibas logrando cositas: sostener la cabeza, girarte, comer papilla de frutas, gatear y..,tus primeros pasos...estarán siempre guardados en nuestras retinas. Es increíble lo rápido que pasa un año y lo bonita que es tu sonrisa.
Pasaron los meses y papá y yo decidimos tener otro hijo, no porque no nos llenaras lo suficiente sino por darte un compañero de juegos. A medida que se acercaba el momento, sentía cierta culpabilidad y lloré. Deseaba enormemente a tu hermano pero no quería “destronarte", hacerte sentir que no te queríamos. Hicimos un montón de cosas juntos y, el día antes, sin que supieras nada “tu hermano nos encargó" comprarte tu juguete favorito. Su nacimiento fue precioso, estaba más segura. Fue taaaan bonito ayudarle a venir al mundo con mis manos...En el hospital, debajo de su cuna, estaba tu regalo pero lo que más curiosidad te despertaba era ese pequeño al que dabas muchos besos cuando estaba en mi barriga. En casa, lo acaricias aunque hay quien diga que puedes hacerle daño porque eres pequeño aún pero confiamos en ti y tratamos repartir el tiempo entre ambos. Ahora, simplemente, mi corazón son 3 pedazos: papá, tú y tu hermano y entenderéis que os dedique a cada uno lo que necesitéis.
Ahora, tu hermano te mira como si fueras un Dios, se gira siendo tan pequeño y sonríe iluminando esa cara tan bonita. Me encanta veros juntos.
Nuestro pequeñín, nuestro lagartijilla, vas a la velocidad del rayo aprendiendo de tu hermano mayor. Eres un ser maravilloso, increíble, con una sonrisa taaan pilla jeje.Eres nuestro pequeñín y tu hermano mayor también te adora.
Sí, discutiréis por una u otra cosa pero os enseñaremos a respetaros aunque tu hermano y tú tenéis un corazón que nos cabe en el pecho. Os querréis como yo os amo.
Papá y yo podemos deciros que sois lo mejor de nuestras vidas.
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